EL UMBRAL DE LA ETERNIDAD. Ken Follett

Edición en español (2014)

-El más entretenido de la trilogía.-

Género. Novela.

Lo que nos cuenta. El libro El umbral de la eternidad (publicación original: Edge of Eternity, 2014) nos cuenta, entre comienzos de los años sesenta y el derrumbe del Telón de acero, aventuras y desventuras de los descendientes de las cinco familias que vertebran la saga y que nos llevan a conocer de cerca, entre otras cosas, la lucha por los derechos civiles en los EEUU, el incidente de los misiles en Cuba, la muerte de Kennedy, el ascenso de la música pop o la lucha del sindicato Solidaridad, ente otros temas. Tercer y último libro de la Trilogía del siglo.

Mi opinión. Novela que funciona mejor que las anteriores ya que lo bélico (narrado sin mucha emoción, aprovecho para decir) ya no es la parte del león y, en cambio, es sustituido por la presentación de distintas realidades sociopolíticas que se dieron en ambos lados del Telón de acero, de buen ritmo en general (pero con un par de valles profundos), llena de concesiones de cara a la galería para que se termine su lectura con la sensación de “que se ha hecho justicia”, con más sexo de lo habitual en la fórmula del autor (con la coartada de la revolución sexual, eso sí), que sigue sin ser novela histórica por más que los eventos históricos marquen la trama y por donde se desenvuelven los protagonistas, con menos sobrepeso que los libros anteriores, con un impacto más variable según en qué asuntos se centre, con muy buen ritmo y, si se “compra” la propuesta de que los protagonistas estén siempre donde tienen que estar para que todo fluya, agradable de leer dentro de un orden.

Destacado. Follet encuentra la fórmula en el tercero, al final, y funciona bastante bien (dentro de su propuesta, claro, no se alarmen).

Potenciales Evocados. Un libro sobre la Guerra fría desde la óptica del individuo y sin gamas de gris en los personajes; los retratos de algunos de los protagonistas de la segunda mitad del siglo XX se ajustan a lo más habitual, pero todos tienen detallitos valientes (léase “un poco escandalosos o polémicos, sólo un poco”) como para llamar la atención.