sábado, 29 de abril de 2017

ADIÓS A BERLÍN. Christopher Isherwood

-Individuos y sociedad en proceso de cambio forzado por las circunstancias y con diferentes grados de adaptación.-

Género. Novela (pero algo más).
Portada del libro Adiós a Berlín, de Christopher Isherwood
Edición en español (2002)

Lo que nos cuenta. En el libro Adiós a Berlín (publicación original: Goodbye to Berlin, 1939) conocemos a Christopher, quien ha venido desde Inglaterra hasta el Berlín de entreguerras para aprender alemán y, tal vez, escribir. Se gana la vida dando clases de inglés y, tanto por su trabajo como por sus relaciones sociales, va conociendo gente de muy distintos orígenes, clases sociales y personalidades, mientras la Alemania del otoño de 1930 va entrando poco a poco en un largo y peligroso invierno.

Mi opinión. Trabajo que mezcla la ficción y la realidad (supongo, por lo bien que fluye todo, que Isherwood no permitió que ajustarse a los hechos siempre le estropease la obra), donde el protagonista y el autor son la misma persona, que por momentos parece una crónica de aquellos tiempos en una Alemania que se dirigía hacia el abismo, pero narrada con una calidad literaria muy notable, sin estridencias y centrada en las vivencias de los diferentes personajes con los que se cruza el protagonista (quien se ofrece en las páginas del libro como un testigo de los eventos que se describe a sí mismo mediante las reacciones a los comportamientos de los otros), de ritmo suave e implacable, que muestra de forma indirecta eventos y personalidades usando conversaciones, que maneja la coyuntura sociopolítica del momento de forma sutil hasta la parte final, muy agradable de leer, disfrutable y paladeable, incluso, por lo bien que maneja lo sutil y lo sobrio.

Destacado. No busquen Cabaret aquí. Por mucho que haya algún punto en común suelto por ahí, no tiene mucho que ver.

Potenciales Evocados. Un estilo compacto y funcional que creó escuela entre la mayoría de los grandes narradores de la segunda mitad del siglo XX (no exagero; lean y verán cómo ven por ahí cosas de Graham Greene, Truman Capote y gente de ese calibre).

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